- “Estaría bien
conocernos algún día. En persona digo”.
- “Eso sería
fantástico. ¿Tú crees que sería posible?”
- “Es posible. Pero es
muy difícil. Quién sabe. Quizá algún día…”.
- “Quizá”.
Pasaron dos meses. No
lo recuerdo bien, pero era mucho tiempo. Mucho tiempo hablando. Mucho tiempo
viéndonos por la webcam cada día. Yo
estaba pillada por él, lo sabía. Lo notaba, y desde hacía ya tiempo. De hecho,
desde el día en el que nos conocimos sentía algo. Algo extraño que iba
creciendo día a día. Algo nuevo. Algo diferente. No era el típico chico que “me
gustaba”. Tampoco sabía si eso era amor.
¿Cómo iba a ser amor? ¡Nunca nos
habíamos visto en persona! Pero la pregunta era: ¿hace falta conocer a alguien
en persona para empezar a quererlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario